jueves, 7 de septiembre de 2017

Cocinando tradiciones : chiles en nogada






El mes patrio ya empezó pero desde el mes de julio comenzó la temporada de los chiles en nogada. Junto con el mole el chile en nogada es un plato originado en un convento y que conjuga nuestras raíces gastronómicas. Les comparto unas fotos de este platillo estrella para celebrar a nuestro México y les paso la receta por si alguien los quiere guisar.








La Receta

12 chiles poblanos grandes asados sin piel y desvenados

Picadillo

1/2 cebolla picada
2 ajos picados fino
350 gr bola de res
350 gr lomo de cerdo
1 manzana panochera picada
1 pera de leche picada
1 durazno picado
1/2 plátano macho picado
1/2 barra de acitrón picado
1/2 taza de uvas pasas
1/2 taza de almendras
orégano
tomillo
clavo
canela
pimienta
sal
5 tomates asados, licuados y colados

Nogada
1/2kg nuez de castilla pelada y remojada en leche
2 vasos de leche (en los que se remoja la nuez)
oporto
200gr queso de cabra
azúcar y sal

Granada y perejil para decorar

Para el picadillo, pedir la carne en trozos pequeños y cocerla en la olla express durante 25 min para poderla desmenuzar finamente.

En una cazuela freír la cebolla hasta que quede translúcida, agregar el ajo y al poco tiempo poner la carne finamente desmenuzada para que se dore un poco y sal pimentar. A continuación se agrega la pera, manzana, plátano macho, durazno y el acitrón todo picado finamente. Después se agregan las uvas pasas y las almendras y se sazona con el orégano, tomillo, clavo y canela. Dejar que los sabores se integren y rectificar de sal y pimienta. Finalmente agregar los tomates ya molidos y colados. Dejar reducir el tomate y reposar.



Para la nogada moler en la licuadora todos los ingredientes con un poco de azúcar y sal. No tiene que quedar muy dulce así que poca azúcar! Si está quedando muy espesa agregar un poco más de leche.


Finalmente se rellenan los chiles con el picadillo a temperatura ambiente y se salsean con la nogada. Se decoran con granada y perejil. Et voilá uno de los platillos más emblemáticos de estas fechas y colorido como nuestro México.













viernes, 21 de julio de 2017

Recuerdos del medioevo español en tierras americanas







Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato



El pasado minero del México Colonial es extenso y se puede palpar en muchas de las ciudades de nuestro país (Guanajuato, Taxco, Zacatecas). Guanajuato me trae a la mente recuerdos de Toledo en España con esos colores hermosos de nuestro México. Un mosaico de color, plazas públicas, túneles e iglesias convierten a esta ciudad del bajío en el pretexto perfecto para una escapada completa.



Viernes
 

Caminos de Guanajuato, la vida no vale nada..... cantaba José Alfredo Jiménez aunque una pena muy grande debió de haber tenido para cantarle de forma tan ingrata (en sentido figurado) a esta tierra rica en minerales y protagonista de la historia de México Independiente. Lo que sí es verdad es que llegando de esos caminos teníamos un hambre feroz y lo primero que hicimos fue dejar nuestras cosas en el hotel (Hostería del Frayle) y caminar por la calle de Sopeña. El hambre tuvo que esperar a que los ojos y la cámara disfrutaran un momento de las casas, los colores y la hermosa fachada del Templo de San Francisco. Tras unas instantáneas caminamos por el Callejón del Campanero y en la parte alta del callejón hay un puente que comunica a una casa lo que ahora es una cafetería El Santo Café! Sobre el puente hay mesas y es posible sentarse a disfrutar de la vista y escuchar las conversaciones de los viajeros mientras uno se desayuna unos chilaquiles con pollo en salsa roja molcajeteada deliciosos!

Fachadas guanajuatenses
Templo de San Francisco
 
 
 



 
El desayuno cumplió las expectativas (bueno, bonito y barato) y entonces sí comenzó la aventura! Nuestra ruta tenía como primera parada el taller del ceramista Gorky González y  más adelante el Museo de Arte Olga Acosta y José Chávez Morado en el barrio de Pastita. Caminamos hacia el barrio por calles pequeñas, cruzamos el jardín embajadores y subimos por la calle de pastita bordeando el río. Llegamos al taller del celebrado ceramista Gorky González Quiñones. Nacido en Morelia se mudó a Guanajuato y su pasión por la cerámica lo llevó a estudiar a Japón y a dedicarse al rescate de la mayólica tradicional del estado. Fue premio nacional de arte popular y lamentablemente falleció este año pero conocimos a su esposa quien muy amablemente nos mostró el taller y la tienda. Toda la ciudad tiene referencias del trabajo de este gran artista y mi bolsillo no resistió hacer unas compras de cerámica utilitaria para mi casa! La tradición del taller la heredó su hijo pero estaba fuera de la ciudad y no pudimos investigar más acerca de los retos que enfrenta la mayólica para los próximos años aunque la proyección que este taller tiene a nivel internacional es notable.
  

La fachada del Taller de Artesanía Tradicional
de Gorky González
 
La esposa de Gorky aceptó tomarse una foto para el recuerdo

 
Saliendo del taller seguimos por la calle pastita río
Portones divertidos
arriba al Museo de Arte Olga Acosta y José Chávez Morado. Esta pareja de artistas son parte de la cultura popular de México, uno de los cuadros más famosos de Olga Acosta es La Vendedora de Frutas y José Chávez Morado por ejemplo diseñó el cartel más famoso del Festival Cervantino y sus bellos murales decoran la Alhóndiga de Granaditas. Con ese antecedente ingresamos al museo y la sorpresa fue absoluta! El museo está en la casa que fue su última residencia (antes habían vivido en Coyoacán, San Miguel de Allende) y es increíble! La planta baja se mantuvo tal y cómo la habían vivido y en la planta alta se montó una exposición con algunas de sus obras. La planta baja cuenta con una selección de artesanías de sus viajes por el mundo increíbles! Hicimos una visita guiada con un señor que ha trabajado más de 40 años con el museo y antes con los artistas y las historias que escuchamos hicieron el recorrido más placentero.
 
 
Tras la visita al taller y el museo la tarde estaba resultando muy agradable y antes de seguir paramos en un lindo cafecito de camino nuevamente al centro. Café Tal tiene café de Veracruz y son tostadores. Sobra decir que diario parábamos a tomar un café ahí, me recordó a aquellos pequeños cafés de Coyoacán en  D.F. Tras el café, la tarde nos la tomamos muy tranquila y nos dedicamos a caminar y admirar las calles y edificios de Guanajuato. Caminamos por la calle de Sopeña para salir al Jardín Unión y el Teatro Juárez y entramos a la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato que en su interior sorprende por la belleza de su ornamentación en amarillo pastel y apliques de  yeso. Tras visitar las tiendas de artesanías del centro y subir los peldaños de la imponente Universidad de Guanajuato nos tomamos una cerveza en la Plaza de la Paz y comimos unos sopes con chilorio y unas tortas ahogadas en la Tasca de la Paz. La vista la bellísima Basílica y una tarde agradable.
Arco y puerta de entrada del Jardín Reforma
Tras un descanso nos dirigimos a una de las actividades clásicas que no pueden faltar en una visita a Guanajuato: la tradicional callejoneada! Acompañados de una tuna caminamos por las plazas y callejones de Guanajuato cantando canciones tradicionales y modernas, nos sentamos en la Plaza de San Roque a escuchar la leyenda del callejón del beso con un toque de humor muy divertida y disfrutamos de caminar en la ciudad en la noche. Es una actividad obligatoria para cualquiera que visite la ciudad por resultar folclórica y divertida. 


Vista nocturna de la Basílica Colegiata de
Nuestra Señora de Guanajuato



SÁBADO

Después de desayunar y tomar un café rico en el Café Tal nos dirigimos a las alturas para contemplar desde otro ángulo a Guanajuato! Subimos al Mirador del Pípila en un funicular (25 pesos la subida)  y disfrutamos de la impresionante vista que abarca toda la ciudad. Uno podría quedarse horas arriba mirando la belleza del paisaje, sus edificios, la explosión de color e imaginar la cantidad de historias que cuenta la ciudad pero el día apenas empezaba y había muchas plazas y parques que caminar y otros museos que visitar.
Hermosa vista del centro desde el mirador El Pípila
 
El descenso conviene hacerlo a pie pues es posible adentrarse en el laberinto de la ciudad y disfrutarla desde otro ángulo. Ya en el centro caminamos sobre la Benito Júarez en dirección al Mercado Hidalgo pero antes de llegar a él una de esas plazas nos obligó a detenernos y sentarnos a descansar un rato: el jardín Reforma. Es una plaza con árboles y cafecitos y está franqueada por un hermoso arco en cantera verde.  Más adelante, el Mercado Hidalgo destaca por ser una construcción de la época porfiriana de hierro como si fuera una estación de trenes con una torre al centro en donde está el reloj y en su interior se pueden encontrar dulces típicos, salsas, verduras, fritangas, y un largo etcétera. Casi frente al mercado se encuentra la Iglesia de Belén, construcción muy sencilla pero con un hermoso interior todo pintado. No fue posible tomar fotos ya que se estaba celebrando misa pero es un templo hermoso.
 
La siguiente parada fue la visita a la Alhóndiga de Granaditas, uno de los edificios más emblemáticos de la historia de México. Este recinto colonial de cantera verde y rosa funcionó como almacén de granos hacia fines de la colonia y en los inicios de la lucha de independencia como refugio del ejército realista y sus familias hasta que fue ganado por el ejército insurgente (la historia del pípila es famosa al incendiar sus puertas protegido por una loza de piedra para cuidarse la espalda del enemigo). La alhóndiga es una visita obligada ya que además de ser un edificio con una importancia histórica en su interior están los murales del maestro Chávez Morado uno de los últimos muralistas mexicanos.
 
Al salir, caminamos por la calle de Galarza con dirección al Museo Casa Diego Rivera. Sin embargo, llegar a la Casa de Diego Rivera no fue tarea fácil ya que a lo largo de la calle hay un sinnúmero de galerías de artistas (la más famosa la del Pinche Grabador, vale la pena ir, es el folclor de Frida, el santo y nuestro pasado indígena con muy buena calidad) y tienditas con curiosidades (la más bonita es una que tiene artesanías en miniatura!!!! imperdible casi saliendo de la alhóndiga) por lo cual ya que llegamos al museo teníamos hambre. Entramos a un lugar que se llama Escarola que cuenta con una terraza deliciosa para tomar cerveza y descansar; la comida es sencilla, el servicio algo lento pero cumple  por estar en esa terraza.
 
Un detalle de la terraza mientras comíamos en Escarola

Visitamos la Casa de Diego Rivera y tomamos café en El Conquistador, un sitio muy pequeño con buen café de Veracruz para resguardarnos del sol de la tarde! caminamos por la calle Positos y dimos con una galería de otro de los artistas más renombrados de Guanajuato: Jesús Hernández "Capelo". Ceramista, escultor, pintor tiene su taller cerca de la mina de la Valenciana pero en este espacio es posible admirar su trabajo. Su trabajo en cerámica es hermoso y a diferencia de Gorky no se enfoca tanto en lo utilitario sino en mayólica decorativa (jarrones, tibores, jarrones y floreros) con los motivos tradicionales de flores, bodegones de la región. Saliendo caminando por Positos continuamos hacia la Universidad de Guanajuato y antes de llegar conocimos el Museo de la Ciudad que está ubicado en una  casa antigua junto a la universidad y tiene una hermosa capilla en su interior. La capilla está adaptada como museo y tiene unos murales y vitrales que no decepcionan. Pasando la Universidad está otro de los templos más hermosos de Guanajuato, el Templo de la Compañía de Jesús. El templo destaca por su retablo barroco en cantera rosa del exterior y la doble cúpula, en su interior es luminoso y sobrio.

Me gustaría dar clases en esta Universidad!

La tarde avanzaba y decidimos dar una vuelta por el Palacio Legislativo del estado hasta hace unos meses. Una construcción porfirista de esas majestuosas nos recibió y dejó con la boca abierta! En la planta baja hay una exposición de las celebraciones del centenario de la Independencia y en la planta alta están abiertos al público el pleno de los diputados y el salón de discusión de las iniciativas de ley. Cualquier descripción se queda corta con la belleza del lugar!

Finalmente tuvimos que regresar al hotel a descansar pues en la noche la belleza del Teatro Juárez nos esperaba para asistir a un concierto que estuvo increíble!!!!!! El Teatro Juárez está abierto al público y es posible conocer su interior a través de visitas guiadas, sólo hay que verificar los horarios de dichas visitas. Nosotros tuvimos la dicha de disfrutarlo con la música de los Macorinos y la voz de Natalia Lafourcade que presentó su disco Musas y nos puso a cantar boleros, rancheras y seguir con la buena vibra que Guanajuato tiene!
 
 

DOMINGO

Tras el concierto y el ajetreó del día anterior el domingo empezamos un poco más tarde con un excelente desayuno en el restaurante del Hotel Boutique Alonso 10. Buen servicio, la comida deliciosa, sobre todo una conserva de frutos tropicales para chuparse los dedos! El restaurante está ubicado en una casona antigua sobre la Calle de Alonso detrás del tempo de San Diego a un par de calles.
 
Vamos a la callejoneada en Guanajuato!
Para reposar el desayuno, caminamos por los callejones de Guanajuato hasta toparnos con el atestado Callejón del Beso y a los niños que hablan a toda velocidad para contarte la historia y ganarse unos pesos.  Conocimos el templo de San Roque y su atrio con una fuente adornada con faroles en pedestal de hierro forjado todos chuecos y después volvimos nuestros pasos hacia el Parque Unión y nos dirigimos al Museo del Quijote. Con cuadros del maestro Coronel o Anguiano el museo es una excelente muestra de la vocación literaria de la ciudad y una propuesta interesante de homenaje al personaje más famoso de la literatura en castellano! Además, el museo cuenta con un café delicioso en su interior y una librería con una buena selección de libros.
La última parada antes de volver a México fue ir a tomar una cerveza para soportar el calor en la Plaza de San Fernando y volver callejoneando al hotel a recoger nuestras cosas. Hay que regresar con más dinero para comprar más cerámica, grabados y sobre todo caminar horas y horas para encontrarse con todas esas plazas lindas que tiene la ciudad y poder imaginar una vida más tranquila! Así que como nos gusta tanto José Alfredo, seguro volveremos por estas tierras para seguir rodando.......
Jugando con el arte urbano
 

 
 





 

 
 








 
 

 

domingo, 4 de junio de 2017

Tzintzuntzan: Bella postal mexicana

Artesanía de palma típica de los
árboles de navidad en México


Todos nosotros tenemos postales de México instaladas en nuestra cabeza. Dentro del imaginario colectivo, México puede resumirse bien como una cantina, un vasito de tequila o mezcal y la música de fondo de Cucho Sánchez, José Alfredo, Chavela o Lola Beltrán, con mucho dolor; otra postal también es un altar de muertos con sus flores de cempasúchil, su agua, sus fotos y velas. Sin duda una de las postales más representativas de nuestro México es la de un mercado; la explosión de color, sabor, sonidos que nos son tan familiares. Pues nada hay más representativo de nuestro país como la artesanía de palma y fibras vegetales como este bello pueblo michoacano a las orillas del Lago de Pátzcuaro: Tzintzuntzan.


Nos escapamos un fin de semana a Morelia y este bello pueblo es una parada obligatoria para cualquier amante del arte popular. En Tzintzuntzan se dan cita los artesanos que trabajan la palma, el carrizo, la madera y la cerámica. Pero además de eso es posible adentrarse en la historia de la Colonia en Michoacán.

El oficio de la palma en Michoacán

Partimos de Morelia en un autobús rumbo a Pátzcuaro y antes de llegar a la desviación tomamos un taxi colectivo rumbo a Tzintzuntzan. En apenas 50 minutos ya estábamos en el pueblo. El pueblo es pequeño, apenas una avenida principal que es la carretera y unas cuantas calles pero no por eso deja de ser asombroso. En este pueblo mágico, las manos de los artesanos y sus monumentos cuentas la historia desde el antiguo reino Purépecha con la zona arqueológica de Las Yácatas, hasta los días de la Colonia y el "Tata" Vasco con el impresionante Convento de Santa Ana.


Templo de Nuestra Señora de la Soledad

La primera parada fue la visita al Templo de Nuestra Señora de la Soledad y el Convento de Santa Ana y su impresionante Atrio con olivos centenarios. El Templo de Nuestra Señora de la Soledad es sobrio por fuera y por dentro está todo pintado a mano con detalles de flores y las bancas no están al uso sino todas hacia los extremos. Me recordó un poco a la experiencia de los templos en Chiapas por su singularidad. Los rayos del sol iluminaban el templo y en el atrio una niña de apenas 12 años rezaba ante una señora hincada mientras otro niño tocaba la campana. Al final del rezo posó una corona sobre la cabeza de la señora y la bendijo. El rito se repitió con 3 personas más y sobra decir que solamente había indígenas y no párrocos en la iglesia.  El templo está dentro de un recinto que cuenta con un atrio lleno de olivos que según cuenta la leyenda se plantaron cuando los tiempos de "Tata" Vasco, el templo de San Francisco y su fachada barroca y el Convento de Santa Ana, un ejemplo de arquitectura conventual de excelente conservación en el país.

Detalle de uno de los patios del Convento de Santa Ana

El convento es ahora un museo sobre la historia de la región y la curaduría es excelente. Mi parte favorita fue la recreación de una cocina michoacana, su metate, su molcajete, sus tortilleros, el maíz, la loza de Tzintzuntzan elaborada por familias del pueblo y un sinfín de detalles que me provocaron querer tener algún día una cocina como aquella. Al salir del Convento fuimos directo al mercado para admirar el trabajo de las manos michoacanas y comprar pescaditos de palma, sombreritos, tenatitos, coronitas, estrellas, y un largo etcétera con el árbol de Navidad de este año en mente y una decoración mexicana tradicional.

Detalle de cerámica blanca de Natalio Chichipan

Sin embargo, uno de los motivos principales del viaje era conocer el taller de cerámica en alta temperatura de Guadalupe Ríos y su familia. Guadalupe se dedica a la cerámica desde hace más de 20 años y su trabajo es impecable. La fama de sus piezas trasciende fronteras y su sencillez y carisma nos hicieron pasar un rato muy agradable. Nos contó sus inicios con su suegro, el sacar adelante a la familia, su descubrimiento por parte de una personalidad del Museo Nacional de Antropología y sobre todo el proceso y trabajo de las piezas.
Feliz con las piezas que compré y la
plática amena con Guadalupe

El proceso de trabajar el barro comienza desde su recolección en los cerros, el molido y cernido (actividad que realiza por sí sola y como nos comentó significa su comunión con el barro y su parte de plenitud), el trabajo y amasado del barro que almacena por mucho tiempo - ella todavía tiene barro preparado desde hace 5 años - hasta la confección de las piezas. Durante la plática también estaba una de sus hijas quien amablemente nos dio un tour por el taller mientras enriquecía la plática de su mamá con detalles acerca de la pintura, cocción de las piezas y sus dibujos favoritos. Estuvimos con ellas una hora y se nos pasó volando! Obviamente no podía irme de su taller sin adquirir alguna de sus piezas con la promesa de volvernos a encontrar ya sea en Chapala en donde cada noviembre va a vender sus piezas o en el tianguis artesanal del domingo de Ramos en Uruapan cada Semana Santa. Si están en Tzintzuntzan pregunten por el taller de Guadalupe y vayan a visitarla, les prometo que no se irán de ahí sin una gran sonrisa en la boca y un aprendizaje infinito sobre el brillante trabajo de nuestros artistas.


El barro trabajado y su primera cocción
Piezas con recubrimiento para recibir la pintura






















Piezas pintadas listas para horno
El horno





















Piezas en exhibición y venta

Saliendo del taller de Guadalupe volvimos al mercado por más artesanía, comimos una gordita de queso fresco de la región y nos subimos a un taxi ya que la siguiente parada en ese paseo de un día era conocer el proceso del cobre y su martillado en Santa Clara del Cobre.



sábado, 6 de mayo de 2017

Izamal: un paraíso color amarillo

Aproximadamente a 45 minutos al oeste de la muy blanca y leal ciudad de Mérida se encuentra un pequeño poblado que guarda cientos de años de historia entre sus calles: Izamal.


Vista del Convento de San Antonio desde la Plaza Principal




Portones con encanto
El pueblo mágico de Izamal, el primer pueblo mágico de México, destaca por el Convento de San Antonio el cual tiene el segundo atrio cerrado más grande del mundo después del Vaticano. Nada más llegar, el imponente Convento se alza desafiando al cielo azul para invitar a los viajeros a visitarlo. Aunque lo que más me gustó fue la harmonía entre el cielo azul y sus construcciones todas pintadas de amarillo! Salimos de Mérida en autobus a las 7:30 y dos horas después llegamos a este paraíso de calles tranquilas, gente amable y comida deliciosa. La primera parada fue tomar café a la esquina de la 28 con la 31 el Calvary Café. El café bueno, el agua fresca también y lo mejor la amabilidad de los dueños. Al fondo cuentan con un patio para relajarse mientras se toma uno su café y disfruta de los muebles en maderas duras que ellos mismos diseñan y venden!

Formalmente tras el café el día daba inicio y caminamos sobre la 31 con el Parque Itzamná a la derecha y el Convento a la izquierda. Decidimos subir al convento para admirarlo, recorrer su patio, su corredor con arcos antes de visitar la Iglesia. El atrio es imponente y basta con las imágenes que a continuación comparto. El interior de la Iglesia es muy similar a todas las del sureste muy sobria en su decoración y con muros muy gruesos, refugio ideal ante el calor.En el atrio del Convento hay una estatua de Juan Pablo II quien visitó Izamal  en uno de sus viajes a México y al interior del camarín de la virgen está la silla tallada en madera en donde el estuvo sentado.










Tras recorrer, fotografiar y disfrutar del Convento bajamos pero ahora por la entrada principal que da al Parque 5 de Mayo o Parque Principal. Como era sábado en el parque había puestos con artesanías de la región (hipiles, bordados, hamacas, guayaberas, etc) Obviamente no me resistí a los precios y me compre 2 guayaberas clásicas de manga corta 4 bolsas (como las que usaba mi abuelo José) Valga decir que de muy buena calidad y precios que no encuentra uno en Mérida porque el vendedor nos comentó que en un pueblo a 10 minutos llamado Kimbilá está la fábrica.








En una de las esquinas de la Plaza está un Hotel muy bonito, San Miguel Arcángel, que promete ser la sede de aventuras de la próxima escapada de un fin de semana. La fachada es de principios de siglo XX y a su lazo izquierdo una tienda de artesanías llamada Hecho a Mano con una muy buena y fina selección de piezas de distintos sitios del país. Luego caminamos por los arcos del Palacio Municipal, tomamos fotos y nos dirigimos al otro extremo de la plaza para entrar al Centro Cultural y Artesanal Izamal. Este Centro cuenta con un Museo de Arte Popular, un café y una tienda de artesanías, llamada Taller Maya, con artesanías de la península como hamacas, ropa y servilletas bordadas, artículos fabricados con henequén o fibra de jipi.  El museo y la tienda son de Fomento Cultural Banamex y si son amantes del arte popular mexicano es obligada esta parada. Al interior del museo hay barro canelo y bruñido de Tlaquepaque, piñas vidriadas de Michoacán, bordados de Campeche, Yucatán y Veracruz, árboles de la vida de Metepec, rebozos de Tenancingo y Anganhuan, hipiles chiapanecos, oaxaqueños y yucatecos, y un largo etcétera. 









Tras visitar el museo y la tienda nos regalaron un mapa con toda la información del pueblo, historia, lugares de interés, compra de arte popular y sitios para comer. En el mismo lugar rentamos unas bicicletas y entonces sí nos fuimos a recorrer el pueblo de extremo a extremo con el propósito de conocer a artesanos que viven en ese lugar. Nuestro recorrido en bicicleta duró 2 horas y fue suficiente para recorrer todo el pueblo y conocer a los artesanos que habitan el pueblo. 






La visita más emblemática fue la que le hicimos a Maria Ligia Canché Pech, artesana yucateca que se especializa en el bordado a máquina de blusas, hipiles, servilletas y diversas prendas desde modelos tradicionales a diseños más modernos. Nos recibió con una sonrisa y una plática muy amena sobre su pasión por el trabajo. Nos comentó que aunque sus hijos le piden que ya deje de trabajar ella no puede dejar sin sustento a las trabajadoras de su taller además de que ama estar en la máquina de coser. Maria estará rondando los 70 años, menudita, risueña y sobre todo es una mujer muy trabajadora. Nos mostró su trabajo, nos platicó su historia y hasta anécdotas de cuando Juan Gabriel la fue a visitar a su taller (una foto enmarcada en lo alto de su pared daba fe de esa visita.






El calor y el ejercicio fueron pretexto para ir a comer. Izamal no es la excepción y fuimos a comer a un lugar delicioso llamado Kinich. Sopa de lima, panuchos de cochinita pibil y relleno negro y queso relleno acompañados de cerveza artesanal Ceiba dorada y de postre flan napolitano. Sobra decir que si visitan Izamal es obligado venir a comer a este lugar. El servicio es bueno, el ambiente acogedor y la comida exquisita como todos los manjares del sureste. No me voy a extender sobre este punto ya que habrá una publicación sobre la gastronomía pero para mi gusto la gastronomía del sureste (Campeche y Yucatán) sí es cosa de los dioses.



Izamal es también llamada la ciudad de las 3 culturas y ello es porque conviven restos de las épocas prehispánicas, coloniales y contemporáneas. Si el Convento de San Antonio es el vestigio de la época colonial, hay en Izamal algunas pirámides de la época anterior a los españoles. Solamente visitamos los restos de una pero con ella bastaba. La pirámide de Knich-Kakmó es enorme y su base es solamente menor a las del Sol en Teotihuacán y la de Cholula en Puebla. De altura mide 35 metros y desde su cúspide se domina todo el pueblo. Con esa vista y echando a volar la imaginación no es difícil pensar lo importante que era el pueblo desde antes de la llegada de los españoles y porqué se eligió ese lugar para tan majestuoso convento. Con esa sensación de inmensidad y alegría descendimos la pirámide y dimos una caminata por el pueblo para tomar fotografías de sus fachadas, portales y ventanas con la promesa de volver en un futuro cercano.Para reposar la comida dimos una caminata por el pueblo para tomar fotografías de sus fachadas, portales y ventanas con la promesa de volver en un futuro cercano.