viernes, 21 de julio de 2017

Recuerdos del medioevo español en tierras americanas







Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato



El pasado minero del México Colonial es extenso y se puede palpar en muchas de las ciudades de nuestro país (Guanajuato, Taxco, Zacatecas). Guanajuato me trae a la mente recuerdos de Toledo en España con esos colores hermosos de nuestro México. Un mosaico de color, plazas públicas, túneles e iglesias convierten a esta ciudad del bajío en el pretexto perfecto para una escapada completa.



Viernes
 

Caminos de Guanajuato, la vida no vale nada..... cantaba José Alfredo Jiménez aunque una pena muy grande debió de haber tenido para cantarle de forma tan ingrata (en sentido figurado) a esta tierra rica en minerales y protagonista de la historia de México Independiente. Lo que sí es verdad es que llegando de esos caminos teníamos un hambre feroz y lo primero que hicimos fue dejar nuestras cosas en el hotel (Hostería del Frayle) y caminar por la calle de Sopeña. El hambre tuvo que esperar a que los ojos y la cámara disfrutaran un momento de las casas, los colores y la hermosa fachada del Templo de San Francisco. Tras unas instantáneas caminamos por el Callejón del Campanero y en la parte alta del callejón hay un puente que comunica a una casa lo que ahora es una cafetería El Santo Café! Sobre el puente hay mesas y es posible sentarse a disfrutar de la vista y escuchar las conversaciones de los viajeros mientras uno se desayuna unos chilaquiles con pollo en salsa roja molcajeteada deliciosos!

Fachadas guanajuatenses
Templo de San Francisco
 
 
 



 
El desayuno cumplió las expectativas (bueno, bonito y barato) y entonces sí comenzó la aventura! Nuestra ruta tenía como primera parada el taller del ceramista Gorky González y  más adelante el Museo de Arte Olga Acosta y José Chávez Morado en el barrio de Pastita. Caminamos hacia el barrio por calles pequeñas, cruzamos el jardín embajadores y subimos por la calle de pastita bordeando el río. Llegamos al taller del celebrado ceramista Gorky González Quiñones. Nacido en Morelia se mudó a Guanajuato y su pasión por la cerámica lo llevó a estudiar a Japón y a dedicarse al rescate de la mayólica tradicional del estado. Fue premio nacional de arte popular y lamentablemente falleció este año pero conocimos a su esposa quien muy amablemente nos mostró el taller y la tienda. Toda la ciudad tiene referencias del trabajo de este gran artista y mi bolsillo no resistió hacer unas compras de cerámica utilitaria para mi casa! La tradición del taller la heredó su hijo pero estaba fuera de la ciudad y no pudimos investigar más acerca de los retos que enfrenta la mayólica para los próximos años aunque la proyección que este taller tiene a nivel internacional es notable.
  

La fachada del Taller de Artesanía Tradicional
de Gorky González
 
La esposa de Gorky aceptó tomarse una foto para el recuerdo

 
Saliendo del taller seguimos por la calle pastita río
Portones divertidos
arriba al Museo de Arte Olga Acosta y José Chávez Morado. Esta pareja de artistas son parte de la cultura popular de México, uno de los cuadros más famosos de Olga Acosta es La Vendedora de Frutas y José Chávez Morado por ejemplo diseñó el cartel más famoso del Festival Cervantino y sus bellos murales decoran la Alhóndiga de Granaditas. Con ese antecedente ingresamos al museo y la sorpresa fue absoluta! El museo está en la casa que fue su última residencia (antes habían vivido en Coyoacán, San Miguel de Allende) y es increíble! La planta baja se mantuvo tal y cómo la habían vivido y en la planta alta se montó una exposición con algunas de sus obras. La planta baja cuenta con una selección de artesanías de sus viajes por el mundo increíbles! Hicimos una visita guiada con un señor que ha trabajado más de 40 años con el museo y antes con los artistas y las historias que escuchamos hicieron el recorrido más placentero.
 
 
Tras la visita al taller y el museo la tarde estaba resultando muy agradable y antes de seguir paramos en un lindo cafecito de camino nuevamente al centro. Café Tal tiene café de Veracruz y son tostadores. Sobra decir que diario parábamos a tomar un café ahí, me recordó a aquellos pequeños cafés de Coyoacán en  D.F. Tras el café, la tarde nos la tomamos muy tranquila y nos dedicamos a caminar y admirar las calles y edificios de Guanajuato. Caminamos por la calle de Sopeña para salir al Jardín Unión y el Teatro Juárez y entramos a la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato que en su interior sorprende por la belleza de su ornamentación en amarillo pastel y apliques de  yeso. Tras visitar las tiendas de artesanías del centro y subir los peldaños de la imponente Universidad de Guanajuato nos tomamos una cerveza en la Plaza de la Paz y comimos unos sopes con chilorio y unas tortas ahogadas en la Tasca de la Paz. La vista la bellísima Basílica y una tarde agradable.
Arco y puerta de entrada del Jardín Reforma
Tras un descanso nos dirigimos a una de las actividades clásicas que no pueden faltar en una visita a Guanajuato: la tradicional callejoneada! Acompañados de una tuna caminamos por las plazas y callejones de Guanajuato cantando canciones tradicionales y modernas, nos sentamos en la Plaza de San Roque a escuchar la leyenda del callejón del beso con un toque de humor muy divertida y disfrutamos de caminar en la ciudad en la noche. Es una actividad obligatoria para cualquiera que visite la ciudad por resultar folclórica y divertida. 


Vista nocturna de la Basílica Colegiata de
Nuestra Señora de Guanajuato



SÁBADO

Después de desayunar y tomar un café rico en el Café Tal nos dirigimos a las alturas para contemplar desde otro ángulo a Guanajuato! Subimos al Mirador del Pípila en un funicular (25 pesos la subida)  y disfrutamos de la impresionante vista que abarca toda la ciudad. Uno podría quedarse horas arriba mirando la belleza del paisaje, sus edificios, la explosión de color e imaginar la cantidad de historias que cuenta la ciudad pero el día apenas empezaba y había muchas plazas y parques que caminar y otros museos que visitar.
Hermosa vista del centro desde el mirador El Pípila
 
El descenso conviene hacerlo a pie pues es posible adentrarse en el laberinto de la ciudad y disfrutarla desde otro ángulo. Ya en el centro caminamos sobre la Benito Júarez en dirección al Mercado Hidalgo pero antes de llegar a él una de esas plazas nos obligó a detenernos y sentarnos a descansar un rato: el jardín Reforma. Es una plaza con árboles y cafecitos y está franqueada por un hermoso arco en cantera verde.  Más adelante, el Mercado Hidalgo destaca por ser una construcción de la época porfiriana de hierro como si fuera una estación de trenes con una torre al centro en donde está el reloj y en su interior se pueden encontrar dulces típicos, salsas, verduras, fritangas, y un largo etcétera. Casi frente al mercado se encuentra la Iglesia de Belén, construcción muy sencilla pero con un hermoso interior todo pintado. No fue posible tomar fotos ya que se estaba celebrando misa pero es un templo hermoso.
 
La siguiente parada fue la visita a la Alhóndiga de Granaditas, uno de los edificios más emblemáticos de la historia de México. Este recinto colonial de cantera verde y rosa funcionó como almacén de granos hacia fines de la colonia y en los inicios de la lucha de independencia como refugio del ejército realista y sus familias hasta que fue ganado por el ejército insurgente (la historia del pípila es famosa al incendiar sus puertas protegido por una loza de piedra para cuidarse la espalda del enemigo). La alhóndiga es una visita obligada ya que además de ser un edificio con una importancia histórica en su interior están los murales del maestro Chávez Morado uno de los últimos muralistas mexicanos.
 
Al salir, caminamos por la calle de Galarza con dirección al Museo Casa Diego Rivera. Sin embargo, llegar a la Casa de Diego Rivera no fue tarea fácil ya que a lo largo de la calle hay un sinnúmero de galerías de artistas (la más famosa la del Pinche Grabador, vale la pena ir, es el folclor de Frida, el santo y nuestro pasado indígena con muy buena calidad) y tienditas con curiosidades (la más bonita es una que tiene artesanías en miniatura!!!! imperdible casi saliendo de la alhóndiga) por lo cual ya que llegamos al museo teníamos hambre. Entramos a un lugar que se llama Escarola que cuenta con una terraza deliciosa para tomar cerveza y descansar; la comida es sencilla, el servicio algo lento pero cumple  por estar en esa terraza.
 
Un detalle de la terraza mientras comíamos en Escarola

Visitamos la Casa de Diego Rivera y tomamos café en El Conquistador, un sitio muy pequeño con buen café de Veracruz para resguardarnos del sol de la tarde! caminamos por la calle Positos y dimos con una galería de otro de los artistas más renombrados de Guanajuato: Jesús Hernández "Capelo". Ceramista, escultor, pintor tiene su taller cerca de la mina de la Valenciana pero en este espacio es posible admirar su trabajo. Su trabajo en cerámica es hermoso y a diferencia de Gorky no se enfoca tanto en lo utilitario sino en mayólica decorativa (jarrones, tibores, jarrones y floreros) con los motivos tradicionales de flores, bodegones de la región. Saliendo caminando por Positos continuamos hacia la Universidad de Guanajuato y antes de llegar conocimos el Museo de la Ciudad que está ubicado en una  casa antigua junto a la universidad y tiene una hermosa capilla en su interior. La capilla está adaptada como museo y tiene unos murales y vitrales que no decepcionan. Pasando la Universidad está otro de los templos más hermosos de Guanajuato, el Templo de la Compañía de Jesús. El templo destaca por su retablo barroco en cantera rosa del exterior y la doble cúpula, en su interior es luminoso y sobrio.

Me gustaría dar clases en esta Universidad!

La tarde avanzaba y decidimos dar una vuelta por el Palacio Legislativo del estado hasta hace unos meses. Una construcción porfirista de esas majestuosas nos recibió y dejó con la boca abierta! En la planta baja hay una exposición de las celebraciones del centenario de la Independencia y en la planta alta están abiertos al público el pleno de los diputados y el salón de discusión de las iniciativas de ley. Cualquier descripción se queda corta con la belleza del lugar!

Finalmente tuvimos que regresar al hotel a descansar pues en la noche la belleza del Teatro Juárez nos esperaba para asistir a un concierto que estuvo increíble!!!!!! El Teatro Juárez está abierto al público y es posible conocer su interior a través de visitas guiadas, sólo hay que verificar los horarios de dichas visitas. Nosotros tuvimos la dicha de disfrutarlo con la música de los Macorinos y la voz de Natalia Lafourcade que presentó su disco Musas y nos puso a cantar boleros, rancheras y seguir con la buena vibra que Guanajuato tiene!
 
 

DOMINGO

Tras el concierto y el ajetreó del día anterior el domingo empezamos un poco más tarde con un excelente desayuno en el restaurante del Hotel Boutique Alonso 10. Buen servicio, la comida deliciosa, sobre todo una conserva de frutos tropicales para chuparse los dedos! El restaurante está ubicado en una casona antigua sobre la Calle de Alonso detrás del tempo de San Diego a un par de calles.
 
Vamos a la callejoneada en Guanajuato!
Para reposar el desayuno, caminamos por los callejones de Guanajuato hasta toparnos con el atestado Callejón del Beso y a los niños que hablan a toda velocidad para contarte la historia y ganarse unos pesos.  Conocimos el templo de San Roque y su atrio con una fuente adornada con faroles en pedestal de hierro forjado todos chuecos y después volvimos nuestros pasos hacia el Parque Unión y nos dirigimos al Museo del Quijote. Con cuadros del maestro Coronel o Anguiano el museo es una excelente muestra de la vocación literaria de la ciudad y una propuesta interesante de homenaje al personaje más famoso de la literatura en castellano! Además, el museo cuenta con un café delicioso en su interior y una librería con una buena selección de libros.
La última parada antes de volver a México fue ir a tomar una cerveza para soportar el calor en la Plaza de San Fernando y volver callejoneando al hotel a recoger nuestras cosas. Hay que regresar con más dinero para comprar más cerámica, grabados y sobre todo caminar horas y horas para encontrarse con todas esas plazas lindas que tiene la ciudad y poder imaginar una vida más tranquila! Así que como nos gusta tanto José Alfredo, seguro volveremos por estas tierras para seguir rodando.......
Jugando con el arte urbano