Si algo ha pasado con Campeche desde 1999 cuando fue nombrada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO es la sesión de maquillaje a la que el centro histórico y sus barrios tradicionales (San Román, San Francisco, Guadalupe y Santa Anna) fueron sometidos. El casco viejo o centro histórico estuvo rodeado en su momento de una muralla y 8 baluartes que protegían la ciudad ante posibles ataques piratas. La entrada se daba por 3 puertas de tierra (Tierra, Guadalupe y San Román) y una puerta que daba al mar. Hoy día, parte de la muralla vieja ha sido restaurada y es posible caminar por arriba de ella con una vista espectacular del centro y el horizonte. Sólo quedan dos de las puertas de acceso (Puerta de Tierra y Puerta de Mar) y es posible acceder a algunos de los baluartes que están convertidos en pequeños museos o un jardín botánico.
CALLE 57 CENTRO HISTÓRICO
Lo más lindo para mi es perderse en sus calles con casas de colores, portones, ventanas que invitan a soñar e imaginar historias de la gente que ha vivido ahí. Puertas de madera, herrería, balcones. La mayoría de las fotos que aquí comparto reflejan esa afición e invitan a venir a contemplar la bella Campeche. Un viaje contemplativo de un fin de semana es la escapada perfecta para soñar y disfrutar este paraíso! Aunque yo tenía mucho tiempo de no venir e hice un viaje nuevamente de redescubrimiento turístico que incluyó Edzná, centro histórico y barrios tradicionales, fuerte de San Miguel y hasta Kobén para comprar hamacas! Obvio no se pueden ir de Campeche sin recorrer su malecón justo a la hora del atardecer y disfrutar del bello espectáculo que ofrece la naturaleza. El malecón es un espacio ideal para una caminata o andar en bicicleta ya sea muy temprano o al caer la noche.Va aquí una reseña de lo más notorio del viaje y unas fotos para que se animen!
CENTRO HISTÓRICO
VENTANA TÍPICA DEL CENTRO HISTÓRICO
VISTA DE LA CALLE 61
VISTA DEL TEMPLO DE SAN FRANCISQUITO
EL PASO DEL TIEMPO
LA TRANQUILIDAD DEL CENTRO HISTÓRICO
Mi recorrido comenzó por la noche del viernes y lo único que traía en mente eran los deliciosos panuchos de los Portales de San Francisco. Una de las tradiciones campechanas más arraigadas es salir por la noche a una Cenaduría y comer ya sea tamales (colado, torteado o horneado), una torta de pan francés con pavo o jamón claveteado o unos deliciosos panuchos de pavo (mis queridos yucatecos dirían que no son panuchos sino salbutes, pero estando en Campeche son panuchos!). Así que el itinerario después de dejar cosas en el hotel fue caminar por toda la calle 10, y adentrarse en los barrios de Guadalupe y San Francisco hasta llegar a los Portales y degustar unos panuchos y una agua de piña con chaya (fresquísima!!!!!!). Barriga llena corazón contento entonces sí dimos un recorrido por ambos barrios (San Francisco y Guadalupe) por sus iglesias y plazas que ahora están remozadas, muy iluminadas y dan para salir a disfrutar de la noche!!!! Luego una cerveza en el centro y a dormir! Las maravillosas ruinas de Ednzá, la casa de los itzaes nos esperaba!

UN ATARDECER EN CAMPECHE
Sábado!!!!! A las 8:30 de la mañana ya estábamos camino a Edzná que está aproximadamente a 45 km de la ciudad y es cerca de una hora de viaje. La mañana estaba despejada y con un clima ideal para la aventura arqueológica. Edzná o la casa de los Itzaes es una ciudad maya que combina los estilos Puuc y Chenes. Contamos con un excelente guía arqueológico que nos dio un paseo muy completo y entre las cosas que nos comentó fue que los itzaes fueron conocidos como los brujos o magos del agua. La ciudad está construida sobre un valle muy seco por el cual no hay presencia de ríos cercanos por lo que los mayas construyeron una serie de canales subterráneos para almacenar agua durante el periodo de lluvias, además de un canal que conectaba con Champotón. No voy aquí a escribir un tratado completo del sitio sólo compartir que es un lugar mágico. La plaza principal esta coronada por el Edificio de los 5 pisos al que lamentablemente ya no es posible subir y por donde el sol se asoma durante los equinoccios de primavera y otoño. Otra característica interesante es la acústica del sitio ya que si no corre el aire es posible apreciar eco en el sitio. El sitio está muy bien cuidado y hay una magia alrededor de él. Es imprescindible darse una escapada a Edzná cuando estén en Campeche.

EDZNÁ
EDZNÁ
EDZNÁ: EDIFICIO DE LOS 5 PISOS
Aproximadamente a las 12 del día ya estábamos de vuelta en Campeche y a pesar de que había un sol muy fuerte y no es costumbre del campechano andar a esas horas en la calle nos dimos una vuelta por el centro histórico para tomar fotos de casas, ventanas, puertas y comernos un helado. Fuimos a la Heladería La Brocha en la 14 con la calle de la Muralla. El Helado estrella es el de brocha que es una especie de mantecado que tiene piña, coco, nuez y demás cosas. Imperdible si andan por allá. También cuentan con otra sucursal enfrente de la Iglesia de San Román. Después del helado caminamos por la calle 12 hasta la 59 y caminamos hasta la puerta de Tierra a tomar una cerveza y aquí viene otro de los descubrimientos del viaje. En la esquina de la Puerta de Tierra y la 59 hay una Cantina que se llama El Salón Rincón Colonial. Es una cantina de las antiguas sin lujo, con ventiladores en el techo y una dotación normal de bebidas alcohólicas. Pero lo mejor son los precios y la comida que viene acompañada sin pagar nada más... las botanas. Es una cantina típica yucateca. Por sólo dos cervezas bien frías y un mezcal me comí dos tacos de cochinita, dos de relleno negro, un pan de cazón, además de chicharrón, pepinos, betabel, salchichas con cebolla y una ensalada de papa y todo por un precio de 100 pesos!!!!!!

CALLE 59
El periplo de la cantina nos dio para dejar que bajara el sol y poder regresar a dar una vuelta por todas las calles del centro histórico, volver al hotel a tomar una ducha y cambiar de guayabera y dar un paseo hasta otro de los rincones más lindos, el ex Templo de San José. Una bella iglesia en la esquina de Calle 10 con la 63 que ahora funciona como salón de eventos y en estos momentos es sede de la Casa de Artesanías del estado Tukulná. Obvio yo no perdono visitar una ciudad sin salir con una artesanía o cositas lindas en nuestro argot viajero. Sombreros de jipi de Becál, huipiles de Hopelchén, conservas, chocolate y cocos chocolateros de maderas preciosas del estado, y demás cosas lindas. Obvio salí con sombrero, coco chocolatero y algo de ropa típica.
IGLESIA DEL BUEN NOMBRE DE JESÚS
EX TEMPLO DE SAN JOSÉ / CASA ARTESANIAS TUKULNÁ
Al caer la noche nos dirigimos nuevamente a comer panuchos pero ahora a los portales de San Martín por recomendación de un taxista. Mañanitas es el nombre de la cenaduría y los panuchos son deliciosos!!!!! Basta decir que no salimos de ahí tampoco el domingo!!!!
Cómo buen campechano hay que levantarse temprano para disfrutar la mañana! Desayunamos en la Parroquia un desayuno tradicional por muy buen precio (calle 59 casi llegando a Catedral y los lunes todos los desayunos sólo cuestan 50 pesos e incluyen jugo, fruta, café y pan) y nos dispusimos a hacer un recorrido por toda la muralla y zona de baluartes. Comenzamos en la puerta de Mar y visitamos el Baluarte de la Soledad que resguarda la famosa máscara de Jade de Calakmul y recorrimos la muralla. La zona de Baluartes toma un promedio de 3 horas de recorrido e incluye un Jardín Botánico, Paseos por la Muralla y un par de museos de la ciudad. Vale la pena el recorrido ya sea iniciando temprano o al caer la tarde. El resto del día lo empleamos en visitar el Fuerte de San Miguel que tiene una vistas preciosas del mar y un tentempié de mariscos y cerveza en La Palapa. La Palapa es un restaurante que está en el Malecón pero a mi me trae recuerdos porque mi abuelo y sus yernos no salían de ahí cada que íbamos a Campeche porque se estaba muy agusto!!!!! Por la noche dimos una vuelta por el barrio de San Román antes de regresar a Mañanitas por otros Panuchos.

VISTA DE CATEDRAL EN CALLE 55 DESDE LA PARROQUIA
PALACIO MUNICIPAL
CATEDRAL
PUERTA DE MAR
San Román merece una mención especial. A pesar de que el patrono de la ciudad es San Francisco es San Román por quién se tiene más fervor y adoración. La iglesia es pequeña y tiene una decoración sobria con algunos mosaicos de talavera. Lo más bello su Cristo negro tallado en ébano y traído de África. La plaza del barrio está recién remozada e invita a caminar o bien a un bailongo cómo nos tocó el domingo por la noche. Si algo me gustó es la vida nocturna tan familiar que tiene Campeche y que da una sensación de espacio público y de seguridad agradable que es un lujo en este país.
TEMPLO DE SAN ROMÁN
VISTA DE LA PLAZA DE SAN ROMÁN
El último día lo dedicamos a disfrutar del centro, caminar por sus calles, tomar fotografías, recorrer la ciudad en el tranvía turístico, andar en bicicleta por el malecón y tomarnos una cerveza bien fría. También fuimos hasta Kobén que está en la salida de la autopista a Mérida. Kobén es el nombre de una pequeña localidad las afueras de Campeche en donde está el Cereso y en donde tejen hamacas de algodón o de otros materiales. No podía escaparme de Campeche sin traerme una hamaca. Sobra decir que las mejores y más cómodas son las tejidas en algodón pero hay de nylon, un hilo que llaman seda, de distintos tamaños y precios. Eso sí, todas son baratísimas!
BRIGITTE DISFRUTANDO LA HAMACA NUEVA